Magny-Cours – Francia

Una segunda oportunidad para los objetos, una nueva oportunidad para las personas

Áreas de acción

Región / país

CONTEXTO DE LA INICIATIVA

Hace cuatro años, Jean-Luc Dieny, profesor de la Escuela Superior de Artes Aplicadas de Borgoña, en Nevers, propuso al entonces responsable de la comunidad, Loïc Le Goff, organizar un sistema de fabricación de objetos a partir de otros ya usados, contando para ello con la ayuda de los compañeros.

Aquella idea dio lugar a varias exposiciones:

– «Cher design, Chair’s design», en 2014. En este proyecto, los veinte estudiantes del Curso Preparatorio para Artes Aplicadas de la ESAAB de Nevers trabajaron con los compañeros de Emaús Nevers, en Magny-Cours. El objetivo era reflexionar acerca del diseño basado en el reciclaje, establecer un diálogo entre el diseño industrial y el artesanal, organizar un encuentro insólito y sumamente enriquecedor con los principales «traperos» de Francia y crear una escenografía original y una exposición con ocho colaboradores. Hoy en día, la exposición aún continúa: ha pasado por la Casa de la Cultura del Área Metropolitana de Nevers y por el gran Salón Emaús de París, que se celebró en junio en el parque de exposiciones Porte de Versailles de la capital francesa.

– «Vélo-cité», en 2015. Después de la experiencia del año anterior en torno al tema de las sillas, diecinueve jóvenes (ya estudiantes de Artes Aplicadas) volvieron para sumar su saber hacer a la experiencia de los compañeros de Emaús y echar a volar su imaginación para crear bicicletas. El resultado fue, una vez más, asombroso, y la comunidad de Magny-Cours aún guarda hermosos recuerdos de esta aventura. Jean-Luc Dieny, profesor del centro de educación secundaria Alain Colas, supo guiar a los estudiantes a través del tema de la bicicleta para ampliar su visión e integrar en ella la perspectiva de la ética y los bienes compartidos.

– «Jardins – Cabinets de curiosité», en 2016. Los creadores de este proyecto («Jardines: gabinetes de curiosidades») se centraron en el concepto de los gabinetes de curiosidades, esos cuartos de las maravillas en los que se acumulaban objetos tan variados como singulares y que se asemejaban, en cierto modo, a las salas de venta tan queridas para las comunidades Emaús, a las que la gente acude con la esperanza de encontrar ese objeto insólito que tanto tiempo llevan buscando.

– «Funambules des jardins», principios de 2017. En esta exposición («Funambulistas de los jardines»), diecinueve estudiantes trabajaron durante varios meses junto con los compañeros de Emaús para crear «espantapájaros metafóricos».
En un momento en el que el desarrollo sostenible se ha convertido en una necesidad vital, palabras como «cadena de reciclaje», «reinvención», «renovación» o «reparación» están cargadas de futuro y compromiso político, en el mejor sentido del término, y son el antónimo del concepto de «obsolescencia programada».

El cambio climático es lo suficientemente preocupante como para que todos nosotros empecemos a reflexionar sobre nuestras decisiones en materia de transporte, consumo, estilo de vida…
Por eso, es fundamental hacer comprender a los estudiantes, ya desde los primeros momentos de su formación, que el diseño contemporáneo no consiste necesariamente en añadir un objeto más a la lista interminable de todos los que nos rodean.

Estos artículos poéticos, comprometidos y sorprendentes son más bien el fruto de un proceso muy personal de pensamiento y de una creatividad a la que se ha dado rienda suelta, y no tanto el resultado de una reflexión acerca de la ergonomía, el valor de uso o la renovación de las formas, aun cuando estos aspectos se hayan abordado en las clases.
La generación de estos objetos insólitos también ha puesto de manifiesto las infinitas posibilidades que brinda el torbellino de los productos recogidos. Se trata de toda una revelación: pasamos de lo profano a lo sagrado, que es lo que el arte aporta a lo banal. La transformación de estos objetos ordinarios demuestra que la belleza está en todas partes, incluso en aquellas cosas que no tienen nada de especial, y que un mero cambio de perspectiva basta para que surja aquello que Kant consideraba la esencia misma de la experiencia estética: la belleza pura. Siguiendo el modelo de Marcel Duchamp, se persigue la idea de que es posible encontrar la belleza en un objeto aparentemente ordinario si se le despoja de su valor de uso. De este modo, se transforma el concepto mismo de obra de arte.

ACTIVIDADES LLEVADAS A CABO EN EL MARCO DE LA INICIATIVA

Búsqueda de objetos a los que, a partir de un tema clave, se va a ayudar a trascender: los compañeros de Emaús aportan los artículos usados y ofrecen sus talleres de bricolaje para que los jóvenes diseñadores dejen volar su creatividad. Estos momentos de descubrimiento mutuo, de compartir (la comida, el trabajo manual), constituyen la riqueza del proyecto.
Los estudiantes trabajan en la creación de objetos a lo largo de varios meses. En 2016, en concreto, el trabajo de fabricación de espantapájaros y la sesión fotográfica se realizaron en dos meses, a través de cuatro secuencias de trabajo de seis horas cada una, en los locales de Emaús en Magny-Cours.
La Escuela Guynemer participa todos los años en los proyectos. Por ejemplo, en 2017 los alumnos del curso CM1 (de una media de edad de nueve años) han trabajado en la creación de su propio espantapájaros, contando para ello con la ayuda de los estudiantes de la especialidad de Ciencia y Tecnología del Diseño y las Artes Aplicadas del centro de educación secundaria Alain Colas. Ese espantapájaros se instalará después en el jardín del colegio, creado en 2016.

La exposición se pudo visitar en la Casa de la Cultura del Área Metropolitana de Nevers del 15 de enero al 16 de febrero de este año y pasó después a los Jardines de Forgeneuve, en la localidad de Coulanges-lès-Nevers, y, por último, al Salón Emaús de París, en el mes de junio.

La escenografía de la exposición, obra de Jean-Luc Diény, estaba compuesta por grandes fotografías de los locales de Emaús en Magny-Cours, colgadas como carteles, sobre las que se habían superpuesto siluetas de los compañeros. Ante cada una de esas fotografías se colocó un espantapájaros sobre un trozo de terreno con césped. Además, delante del espantapájaros, sobre el suelo, se dispuso un cartel con imagen y texto creados por el estudiante correspondiente, para explicar el proceso de creación. Las diecinueve esculturas son estables y se sostienen sin necesidad de añadir ningún otro componente. También formaron parte de la exposición tres kakemonos (de un metro de ancho por dos metros de alto) que presentaban el proyecto, la comunidad Emaús y la ESAAB.

Gracias a estos encuentros en la comunidad, los estudiantes y los compañeros pueden intercambiar experiencias y conocerse mejor. Esta colaboración produce resultados maravillosos, tanto en el plano material como en el humano. Si conseguimos dirigir una mirada diferente a los objetos, por más transfigurados que estén, cabe preguntarse si sería demasiado ambicioso o, incluso, presuntuoso plantearse el siguiente interrogante: ¿somos capaces de dirigir la misma mirada a cada ser humano?

¿QUIÉN ESTÁ IMPLICADO EN NUESTRO GRUPO?

Unos diez compañeros, el responsable y dos o tres amigos.

¿CON QUÉ COLABORADORES SE LLEVA A CABO LA INICIATIVA?

PERSPECTIVAS

La asistencia a los más débiles, la solidaridad y la laicidad son la punta de lanza de la actividad del movimiento Emaús. La implicación concreta y la oposición a la pobreza, la confianza en la capacidad de todas las personas para convertirse en protagonistas de sus propias vidas, la práctica del encuentro entre aquellos que sufren la injusticia y aquellos que la combaten, la voluntad de luchar contra la exclusión y de negarse a la resignación son referencias que nos sirven de guía en nuestra labor.

Durante cuatro años seguidos, todas las personas implicadas en este proyecto se han reunido en torno a exposiciones magníficas que reflejan la enorme riqueza de una obra acabada, nacida de la asociación barroca, cuando no extraña, pero sumamente seductora, de los estudiantes de la ESAAB y los compañeros de Emaús.

La recuperación de la dignidad por parte de los compañeros, el orgullo ante la obra acabada.

¿ALGO QUE AÑADIR SOBRE LA INICIATIVA?

¿CUÁLES SON NUESTRAS PERSPECTIVAS?

Creo que, en caso de que contáramos con algunos compañeros más, podríamos dar más valor a nuestros muebles si los reparamos, incluso si los transformamos, si les damos un nuevo aspecto.
De este modo, podríamos proporcionar a los compañeros una formación sobre restauración y facilitarles tal vez la búsqueda de empleo.