Emaús Catanzaro, que se ha incorporado recientemente a Emaús Internacional (concretamente en abril de 2013, al mismo tiempo que Emaús Treviso), no es una comunidad, sino un grupo de trabajo, formado por 32 voluntarios que realizan las tareas tradicionales de las comunidades Emaús: recogida de material usado, clasificación, reparación y reventa a precios asequibles. Gracias a los ingresos que generan las ventas en una sala que se abrió en 2002, el grupo mantiene dos centros de día en los que acoge a personas sin recursos. En esos centros se ofrece mediación ante las instituciones, asesoría legal gratuita, servicios médicos igualmente gratuitos ─gracias a la colaboración de una facultad de medicina─, ropa, alimentos... Además, el grupo ha firmado un acuerdo con el Ministerio de Justicia italiano para acoger cada año a quince condenados por delitos leves, a los que acompaña en su reinserción. Emaús Catanzaro brinda también su apoyo al proyecto de acceso al agua del lago Nokoué (Benín).
