Libertad de circulación

Acogida incondicional para defender la ciudadanía universal

Acogida incondicional para defender la ciudadanía universal

El 18 de diciembre, con ocasión del Día Internacional del Migrante, Emaús Internacional lanza un llamamiento a reivindicar una “ciudadanía universal”. Fiel a su tradición de acogida incondicional practicada diariamente en sus grupos, el movimiento llama a la movilización ante las políticas anti migrantes, cuyas víctimas son cada vez más numerosas.

  Emaus Dunkerque, Emaus Laval y migrantes en el campo de Grande Synthe, diciembre 2018

Políticas de represión, seguridad y exclusión

Si bien el artículo 13 de la Declaración universal de los derechos humanos, uno de los documentos de referencia del Manifiesto fundador del movimiento Emaús, reconoce que todos y todas tienen «el derecho de circular libremente y de elegir su lugar de residencia en un Estado», así como el derecho «de abandonar cualquier país, incluido el suyo, y de volver a su país», las políticas públicas dirigidas a controlar, reprimir, criminalizar y expulsar a las personas migrantes de su territorio no dejan de intensificarse.

La libre circulación es actualmente un derecho exclusivo de las mercancías, los capitales y una minoría de individuos privilegiados. Las desigualdades, el acaparamiento de la riqueza por una pequeña minoría, las guerras y los conflictos alimentados por la competencia por el acaparamiento de riquezas y poder, y las consecuencias medioambientales desastrosas de nuestros modelos de producción y consumo, privan a millones de ciudadanos de la posibilidad de una vida decente y les obliga a migrar.

De las costas mediterráneas a los muros contra migrantes de Estados Unidos, pasando por los pasos alpinos, miles de personas se ven abocadas a la muerte todos los años mientras intentan cruzar una frontera, cuando la responsabilidad de los estados es garantizar los derechos todas y todos.

Desarmar los prejuicios

La discriminación y la persecución de los migrantes son cada vez mayores, y se basan en prejuicios que Emaús Internacional contribuye a desarmar.

Defendiendo en primer lugar que las migraciones no son una carga para los países de acogida. Al contrario, las migraciones pueden resultar una ventaja. Integrados y con permiso de trabajo, los migrantes obtienen los medios para alojarse, consumir, pagar impuestos y cotizar a los sistemas de protección social. Sin embargo, el enfoque basado en la seguridad conlleva un gasto público enorme para evitar que los migrantes entren en un territorio o para expulsarlos, así como el coste administrativo de perseguir o separar los migrantes «buenos» de los «malos».

Recordando también a todos el deber de memoria, y sus olas sucesivas de acogida de migrantes que han contribuido a la construcción de la identidad y de la riqueza nacionales de muchos países del mundo.

Además, Emaús Internacional lucha diariamente contra los prejuicios, el racismo y la xenofobia. Los migrantes se han convertido en el chivo expiatorio de las ambiciones políticas populistas, que no dudan en mentir sobre las cifras para avivar miedos y violencia, y prosperar electoralmente. Luchar contra el rechazo del otro y contra la discriminación que genera es un imperativo moral y político, por un lado para recuperar la conciencia común de nuestra humanidad y nuestro deber de ayuda mutua, y por otro para evitar la llegada al poder y a puestos de toma de decisiones de fuerzas políticas peligrosas, que practicarán políticas todavía más mortíferas.

Emaús y la tradición de acogida incondicional

Fiel a su compromiso, Emaús Internacional lucha por la acogida incondicional. Todo el mundo debe ser acogido independientemente de su recorrido, origen, edad, confesión; un valor fundamental del movimiento.

Los 350 grupos Emaús en el mundo viven la experiencia de esta cogida incondicional y del acompañamiento de los más excluidos, ya sean migrantes, personas «legales», sin papeles, solicitantes de asilo o personas cuya solicitud ha sido denegada.

En Benín, Francia, Perú o la India, ante la injusticia de las políticas públicas que institucionalizan la exclusión y transforman la solidaridad en delito, las comunidades Emaús abren sus puertas a todas y todos, valoran al máximo las competencias de cada uno para que puedan trabajar y, así, contribuir activamente a la vida de la comunidad, en la que el respeto y la tolerancia ante la diferencia, fuente de riqueza, son esenciales.

La experiencia de vida colectiva que se forja en los grupos Emaús aprecia el intercambio de conocimientos, competencias y cultura, y el sentimiento de pertenencia a un mundo diverso que contribuye a luchar contra el rechazo y la estigmatización de los migrantes.

La libertad de circulación y de residencia

Las migraciones son un elemento constitutivo de la historia de nuestras sociedades, y ahora más que antes, no hay alternativa a la apertura de las fronteras en un planeta globalizado. Negar esta evidencia y pretender contener la aspiración o la exigencia de las migraciones es un callejón sin salida. Esta ilusión según la cuál sería posible, e incluso deseable, el repliegue en sí mismo, genera exclusión, violencia y discriminación. La movilidad es un derecho fundamental y las migraciones son una riqueza.

Por eso Emaús Internacional lucha por la libertad de circulación y de residencia. La libre circulación y el libre establecimiento de todos y todas abren una globalización positiva, respetuosa de las historias y de las decisiones colectivas y vector de los intercambios y del diálogo. Emaús Internacional reivindica una humanidad universal, interdependiente y solidaria, que ofrece a todos y todas la esperanza de construir una vida digna y elegida.

Esta libertad de circulación y de residencia no se opone para nada al derecho de permanecer en el país de uno, siempre y cuando estén garantizados los derechos humanos y unas condiciones de vida digna. No obstante, exigir esta libertad permite sacar las migraciones de las condiciones inhumanas en las que tienen lugar.

En favor de una gobernanza alternativa de las migraciones

A diferencia de la gestión basada en la seguridad que realizan muchos gobiernos, Emaús Internacional propone una gobernanza alternativa de las migraciones internacionales, basada en el respeto de los derechos fundamentales.

La Organización para una Ciudadanía Universal (OCU), de la que Emaús Internacional es uno de los miembros fundadores, creada en 2013, trabaja por la construcción de un nuevo espacio político y democrático mundial, asentado en una base común mínima de derechos fundamentales, y coordinado por todas las partes interesadas: estados, autoridades territoriales, sociedad civil, asociaciones de migrantes y diásporas.

Desde su llamamiento lanzado en el Foro Social Mundial de las migraciones en Sao Paulo, en julio de 2016, la OCU está desarrollando un proceso de alianza sostenible entre los movimientos sociales y las autoridades locales, en Francia y en Europa, en favor de la libre circulación y la acogida digna de los migrantes, para defender su acceso a los derechos fundamentales y su integración plena en las comunidades locales.

Movilizarse por la ciudadanía universal

Emaús Internacional participa en varias campañas y en espacios de movilización para reivindicar y construir esta gobernanza alternativa de las migraciones basada en la ciudadanía universal.

En Francia, los grupos Emaús implicados en la campaña «Artículo 13» defienden alto y claro la libertad de circulación y de residencia consagrada en la Declaración de los derechos humanos mediante distintas acciones simbólicas. La iniciativa «100 por 1» promueve por su parte la solidaridad entre familias para alojar a refugiados. La dinámica de los Estados Generales de las Migraciones, iniciada por Emaús Internacional en el territorio francés, reúne a colectivos y asociaciones locales o nacionales solidarias con los migrantes para demostrar a las autoridades públicas que otra política de acogida es posible.

A nivel internacional, el movimiento Emaús está entablando alianzas para transformar las iniciativas locales en un pacto mundial de las migraciones respetuoso de los derechos humanos, al contrario del «Pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular», aprobado por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 2018, que se enmarca en el enfoque basado en la seguridad.

Emaús Internacional participa así regularmente en los Foros Sociales Mundiales de las Migraciones, el último de ellos celebrado en México DF del 2 al 4 de noviembre de 2018, para denunciar la violación de los derechos de los migrantes y la criminalización de sus defensores, militantes en el terreno y periodistas.

El 18 de diciembre, con ocasión del Día Internacional del Migrante, Emaús Internacional hace un llamamiento a defender una ciudadanía universal, para acabar con estas muertes y estas políticas anti migrantes, y ofrecer un futuro de paz a nuestra humanidad.