Cultura

Al teatro con el Abbé Pierre

Al teatro con el Abbé Pierre

En septiembre y octubre, el actor Nicolas Vitiello se puso en la piel del Abbé Pierre en el monólogo La Voix des sans voix (“La voz de los sin voz”) del que es también autor. El artista nos cuenta cómo nació esta idea y por qué le resultan tan inspiradores el mensaje y las causas que defendió el fundador de Emaús. Se está preparando una gira de esta obra para 2017. ¡Os mantendremos informados!

Entrevista realizada en el teatro Daunou, en París, el 5 de septiembre de 2016

¿Cómo surgió su deseo de dedicar un monólogo al Abbé Pierre y a su trayectoria?
Empecé a sentir ese anhelo poco después de los atentados contra Charlie Hebdo*. Creo que en ese momento me planteé las preguntas correctas y no caí en la trampa de las fracturas y las divisiones, como sí hicieron muchos otros. Me dije que necesitábamos un ser humano providencial y pensé: ¿con quién habíamos contado en Francia en épocas de confusión? Rápidamente se me vino a la cabeza el Abbé Pierre y empecé a interesarme por él. Lo que me atraía de su historia era que alguien surgido de la nada, desconocido y sin contactos, hubiese sido capaz de movilizar a una ciudad, a un país y a toda la humanidad en su indignación ante la miseria. ¿Cómo consiguió librar ese combate durante toda su vida y lograr que, tras su muerte, su lucha continuase más viva que nunca?

¿Cómo se explica que un joven artista como usted y, en general, los jóvenes se inspiren en la figura del Abbé Pierre y se identifiquen con ella?
He descubierto que el Abbé Pierre ha inspirado a muchos jóvenes artistas. Hay poetas de slam que retoman sus palabras y artistas urbanos que realizan retratos del Abbé Pierre en la calle. Es muy fácil que los jóvenes se sientan identificados con su figura, porque él era increíblemente moderno, como lo demuestra, sobre todo, su actitud frente a la Iglesia. Si hoy en día alguien se atreve a decir lo que él decía, lo consideraremos una persona muy vanguardista. Y, por encima de todo, ¡sus discursos siguen siendo tan actuales! Cuando dijo que «el integrismo es un refugio para la miseria, porque ofrece una inyección de esperanza a aquellos que no tienen nada», ¡estaba vaticinando lo que iba a pasar! Me di cuenta de todo esto cuando empecé a sumergirme en sus escritos.

Emaús Internacional, legatario universal del Abbé Pierre, le ha dado su visto bueno para la obra y se siente muy satisfecho del resultado. ¿Qué significa esto para usted?
Desde el principio, lo que más miedo me daba era traicionar de alguna manera el mensaje del Abbé Pierre, porque, en realidad, lo que he hecho es una adaptación. ¡Y había tanto que contar! El Abbé Pierre vivió en una sola vida lo que cualquiera de nosotros no viviría en menos de veinte. Para mí es todo un orgullo que Emaús haya confiado en mí y que el espectáculo les guste. El hecho de que Emaús me haya seguido en este proyecto me ha servido de impulso, y ahora quiero ser yo el que impulse a Emaús y la memoria del Abbé Pierre. Quiero recordar por qué existe Emaús, explicar que no se trata solamente de esa pequeña tienda a la que vamos a comprar cosas bonitas.

Expresarse utilizando la primera persona del singular, con las palabras del Abbé Pierre, ¿no es una experiencia demasiado intensa, demasiado cargada de emociones?
Desde que empecé a escribir el guion de este espectáculo, me siento como poseído por el Abbé Pierre. Ya no consigo poner distancia entre él y yo. He necesitado muchísimo tiempo para memorizar mi texto. El Abbé Pierre tenía un estilo muy cuidado y yo no quería traicionarlo. Al aprender mi monólogo, me fui dando cuenta de que había cosas muy difíciles de decir. Sus discursos eran a veces violentos, agitaban las conciencias. En más de una ocasión he acabado llorando, solo, en casa, al repetir sus palabras. Cuando toma un niño y dice que «un bebé muere en el campamento de Les Coquelicots», yo, que acabo de tener un hijo, me pregunto quién será esa persona que acaba de perder a un pequeño…

La extensa fase en la que se ha sumergido en los archivos para comprender la trayectoria y las causas del Abbé Pierre, ¿ha enriquecido su visión como ciudadano?
Ha sido un antes y un después para mí. Cuando nos informamos, cuando conocemos a la gente de Emaús, empezamos a estar muy alerta. He comprendido qué es lo que subyace a la miseria. La estructura, el poder del dinero y la lógica económica, que no están al servicio del ser humano. El dinero nos está destruyendo, verdaderamente. El liberalismo y la globalización a ultranza, ese afán por tener cada vez más, ese discurso de que hay que salvar a los bancos… ¿Y qué hay del ser humano? Esta obra me ha transformado profundamente, me ha despertado.

El Abbé Pierre vivió mil vidas. ¿Cómo ha trabajado usted para trazar su retrato y construir la obra?
Enseguida se me ocurrió utilizar un hilo conductor muy simple: el cronológico. El Abbé Pierre escribió: «Mi vida es una sucesión de circunstancias excepcionales que, si se pusieran unas junto a otras, parecerían un cómic». ¡Ahí estaba la estructura! La agitada juventud de un burgués, su arrogancia de los primeros años, su ingreso en el convento, los siete años de clausura con los capuchinos, la enfermedad, la guerra, el período como sacerdote miembro de la resistencia, por el que fue condecorado, su paso por el parlamento, su época como cura diputado que acogió en su propia casa a un francés asesino… Después cogí un gran rotulador y subrayé los pasajes que me parecieron más importantes, porque la obra Testamento, del Abbé Pierre, es cualquier cosa menos cronológica…

Usted ha hecho especial hincapié en una frase: «Porque tenemos el deber de querer ser felices». ¿Por qué precisamente esta?
Necesitamos realmente mensajes de esperanza como este. No importa la religión: lo importante es el humanismo de cada cual. Querer ser feliz no es solo un derecho: también es un deber. Y para ser feliz hay que luchar, hay que luchar por la paz. En una época de divisiones, tenemos que unirnos. Y esta unión solo será posible si existe la voluntad de ser feliz. ¡Con eso basta! ¡Es todo! «Porque tenemos el deber de querer ser felices».  ¡No es necesario añadir nada más!

*Atentado cometido el 7 de enero de 2015 en París contra el semanario satírico Charlie Hebdo.