Igualdad de género

En Italia, "los pobres son considerados por el gobierno actual como una molestia"

En Italia,

En Italia, la llegada de Silvio Berlusconi a la política en el primer semestre de 1994, tras la desintegración de los partidos provocada por Tangentopoli*, ha marcado los 30 años siguientes. El uso masivo de la televisión comercial y la prensa escrita ha condicionado y cambiado mucho la forma de pensar y el imaginario de los italianos, dando lugar a la idea de que la única motivación de los políticos ha pasado a ser la esfera privada y su interés personal.

Al mismo tiempo, con el progresivo desmantelamiento de importantes sectores de ayuda social y sanidad pública, y la marginación de organismos intermediarios (partidos, sindicatos, asociaciones) en la gestión de la nación bajo el gobierno populista de Berlusconi, se ha instalado entre la población una total falta de confianza: la población ha demonizado todo lo «público».

Este profundo cambio cultural y de valores, unido a la incapacidad de reacción de la izquierda, aturdida por el declive del comunismo, ha allanado el camino para que la extrema derecha llegara al poder.

Entrevista con Massimo Bondioli (Emaús Piadena), Emanuele Guzzon (Emaús Erba) y Maria Luisa Testori (Emaús Erba y consejera de Emaús Internacional)

En octubre de 2022, Georgia Meloni fue elegida presidenta del Consejo de Ministros italiano. ¿Podéis hablarnos del contexto social y político en el que la extrema derecha ha llegado al poder en Italia?

Tras años sin una dirección política clara, la extrema derecha italiana ha sabido interpretar el deseo de cambio del país. Ante la incapacidad total de la izquierda para representar a las clases medias y el colapso electoral del Movimiento 5 Estrellas, las fuerzas de extrema derecha, en particular Fratelli d’Italia y la Liga Norte, a pesar de representar a una minoría del electorado y gracias a una elevada tasa de abstención, han conseguido ganar suficientes votos para formar un nuevo gobierno.

El nuevo gobierno es una representación del qualunquismo** desenfrenado presente en Italia desde hace años. La determinación y la capacidad de comunicación de Giorgia Meloni han conquistado a una gran parte del electorado. El voto obrero se divide ahora entre el abstencionismo y el apoyo a los programas del gobierno, sobre todo en lo que se refiere a la lucha contra la inmigración, caballo de batalla de todas las derechas europeas.

En el plano económico, las medidas adoptadas son un guiño a los evasores fiscales y a los sectores en que las mafias están más presentes. Los pobres no interesan; el gobierno actual los considera una molestia menor en la que no merece la pena invertir recursos públicos.

A finales de julio, el gobierno italiano de extrema derecha anunció que alrededor de 169.000 hogares italianos vulnerables perderían su «renta de ciudadanía». En lugar de luchar contra la pobreza, el gobierno parece estar declarando la guerra a los pobres. ¿Qué visión de la sociedad y de la política social defiende este gobierno?

El gobierno de Meloni debe responder a su electorado de base: empresarios, agrarios ***, personas con ingresos elevados, independentistas y autonomistas de las regiones del norte.

La supresión de la renta de ciudadanía fue el culmen de una política basada en una guerra contra los pobres. Durante toda la campaña electoral, se presentó a los beneficiarios de la renta de ciudadanía como vagos, incluso ladrones, y la derecha utilizó las deficiencias de la ley sobre la renta de ciudadanía para condenar la ley en su totalidad. El Movimiento Emaús en Italia también se opuso a la ley desde el principio, ya que necesitaba una serie de correcciones, pero no estaba a favor de su abolición.

Pero más allá de las medidas legislativas a nivel económico, que responden al modelo de guerra de clases de los ricos contra los pobres, lo más preocupante es el retorno de ideas, actitudes y posiciones propias de un periodo fascista que duró veinte años en el país. Hoy en Italia hay cada vez más cargos públicos que ya no se avergüenzan de decir frases y actitudes fascistas, homófobas, sexistas, racistas y xenófobas.

Georgia Meloni también ha abordado las políticas migratorias. ¿Qué cambios se han producido desde que asumió el cargo?

En este ámbito, el gobierno no está cumpliendo sus promesas electorales. El acoso a las ONG no se ha traducido en una reducción de las salidas de migrantes, y las peticiones de ayuda a los países europeos no han dado hasta ahora resultados sustanciales. Los desembarcos en las costas italianas se han multiplicado por dos e incluso más en comparación con el año pasado. Se calcula que en los seis primeros meses han muerto en el mar más de 1.800 personas. Aunque los flujos migratorios existen desde hace décadas, este gobierno de derechas, siguiendo los pasos de los que le precedieron, sigue razonando y operando según una lógica de emergencia, sin intervenciones estructurales, sin políticas de acogida e integración y sin iniciativas que fomenten cambios en la mentalidad y la cultura de la población.

Con el pretexto de una política de seguridad, se han deteriorado las posibilidades de obtener protección humanitaria y derecho de asilo, y se han multiplicado los centros de detención administrativa (CPR, por sus siglas en italiano) en detrimento de los centros de acogida. Además, nuestros dirigentes prosiguen su despreciable política de financiar a los países del norte de África (Túnez, Libia) y a Turquía para tratar de impedir que las personas embarquen en vuelos con destino a Italia.

En este contexto, ¿veis algún atisbo de esperanza? ¿Cómo se posiciona Emaús y cómo podemos trabajar colectivamente para hacer frente a estas políticas?

Por desgracia, no vemos signos positivos de cambio en el horizonte. La población está cada vez más alejada de la política, y el individualismo y el egoísmo campan a sus anchas. La participación electoral está en su nivel más bajo desde el nacimiento de la República. La indiferencia es, pues, el mayor peligro.

Emaús Italia, con sus 18 grupos, es, a diferencia de Francia, una realidad pequeña, incapaz de influir por sí sola en las políticas y las instituciones. Por lo tanto, es esencial trabajar junto con otras organizaciones de la sociedad civil y eso es lo que hace Emaús Italia desde hace varios años.

Lo que todos los grupos Emaús italianos consiguen hacer día a día en las comunidades en las que trabajan es aportar testimonios valiosos, concienciar y promover estilos de vida y comportamientos basados en la solidaridad, la defensa de los derechos y la protección del medioambiente.

 

* Tangentopoli («Operación Manos Limpias»): es el nombre periodístico dado a una serie de investigaciones judiciales llevadas a cabo en Italia por diversos fiscales que revelaron un sistema fraudulento y corrupto en el que están implicados en connivencia la esfera política y el mundo de los negocios en Italia.

** El término italiano qualunquismo hace referencia a una actitud inspirada en las acciones del movimiento Uomo qualunque (hombre común), que rechazaba o al menos ignoraba intencionadamente el aspecto político de la convivencia. Surgió en Italia en la inmediata posguerra de la Segunda Guerra Mundial (Wikipedia)

*** Un partido «agrario o ruralista» es aquel que defiende los intereses de los terratenientes.