Educación

Garantizar a toda la juventud el acceso a una educación que la ayude a realizarse: ¡imprescindible para luchar contra la pobreza!

Garantizar a toda la juventud el acceso a una educación que la ayude a realizarse: ¡imprescindible para luchar contra la pobreza!

En el mundo hay aún 260 millones de niños y adolescentes sin escolarizar. Para Emaús Internacional, el Día Internacional de la Juventud es una ocasión para hacer sonar la alarma una vez más: la educación es el pariente pobre de las políticas públicas y debe resituarse en el centro de las preocupaciones como medio para luchar contra las desigualdades y garantizar a la juventud un futuro propicio para su pleno desarrollo.

Desde el comienzo de la pandemia mundial, los jóvenes han sufrido más que nunca: ruptura pedagógica, refuerzo de las desigualdades, aislamiento social, precariedad, deterioro de la salud mental… Cuando los Estados toman medidas, estas parecen insuficientes para responder a las problemáticas de la juventud, para que esta pueda creer en un futuro ilusionante. Existe un gran riesgo: el de sacrificar a toda una juventud por la pandemia.

Desgraciadamente, la educación ofrece una muestra palpable de ello. Las barreras para acceder a la educación y la formación se han multiplicado en todo el mundo, haciendo de la pandemia un amplificador de las desigualdades que ya existían y que nunca habían recibido respuestas duraderas y adecuadas. Una vez más, los más afectados han sido los jóvenes vulnerables y marginados, en países donde las escuelas han permanecido cerradas durante meses, sobre todo en África y América, o a través del espejismo de la enseñanza «a distancia», que solo puede permitirse una ínfima minoría de familias, ya sea por falta de equipamiento, por no tener conexión a internet, por condiciones de vivienda inadecuadas…

Puesto que el movimiento Emaús lucha por hacer oír la voz de los sin voz y defender los derechos de las personas excluidas, el acceso a la educación constituye, lógicamente, un eje importante de su labor. En efecto, el acceso a la educación es lo que brinda a las personas excluidas, en particular a las/los niñas/os y jóvenes de familias vulnerables, la oportunidad de emanciparse de la pobreza y participar en la vida social, cultural y política como ciudadanas/os de pleno derecho. Recibir educación y educarse significa adquirir los conocimientos y competencias necesarios para vivir dignamente, conocer los derechos propios y poder reivindicarlos.

Educación formal y no formal, acompañamiento escolar, formación profesional, educación para la ciudadanía… El movimiento Emaús reúne una amplísima variedad de iniciativas educativas en los 41 países donde está presente. Algunas se crearon hace ya casi cincuenta años y, en los países en los que el Estado no invierte en el acceso a la educación para su juventud, estas iniciativas representan la única alternativa educativa y social. Más allá de esta diversidad, necesaria para adaptarse a los contextos de pobreza locales, estas iniciativas tienen puntos en común: benefician a públicos marginados y toman en cuenta la dimensión integral de la persona, buscando responder a sus necesidades específicas.

En el mundo hay aún 260 millones de niños y adolescentes sin escolarizar1. A nadie le cabe duda de que la crisis y los diversos intentos de mercantilizar la educación han hecho aumentar esta cifra. Por lo tanto, es prioritario garantizar a cada persona el acceso en condiciones de igualdad a una educación gratuita, de calidad y que la ayude a realizarse en todas sus dimensiones, incluidas la cultural y la política.

Durante la pandemia, los grupos miembros de Emaús han hecho todo lo posible por adaptarse y ofrecer a los jóvenes (y a los adultos), estén donde estén, igualdad de oportunidades y de derechos en materia de educación y formación. No obstante, el número 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que persigue garantizar una educación de calidad para 2030, no pasará de quimera si no hay esfuerzos concertados de todas las partes interesadas y si no se consagra la educación como un bien común y no mercantilizable.

Basándose en las iniciativas de los grupos de Emaús presentes en 41 países, en julio de 2020 Emaús Internacional contribuyó a una consulta de la UNESCO sobre los futuros de la educación. Esta contribución está disponible en francés aquí.

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1Datos de 2018 del Instituto de Estadística de la UNESCO.