Ibrahim Issa: en Burundi, la ALDP «escolariza gratuitamente a 97 niños y niñas procedentes de familias vulnerables»

Ibrahim Issa: en Burundi, la ALDP «escolariza gratuitamente a 97 niños y niñas procedentes de familias vulnerables»

Desde principios de este siglo, la ALDP (Asociación de Lucha contra la Delincuencia y la Pobreza) ayuda en Burundi a los menores más vulnerables y marginados, sobre todo a los refugiados que huyen de las tensiones de la República Democrática del Congo.

Hablamos con Ibrahim Issa, coordinador de programas de esta asociación miembro del movimiento Emaús.

Emaús Internacional: ¿Qué acciones lleva a cabo la ALDP en Burundi en el ámbito de la educación?

Ibrahim Issa: Una de las misiones de la ALDP es facilitar el acceso a la educación a todos y todas, y de manera especial a los niños y adolescentes más vulnerables y marginados. Hoy en día disponemos de cuatro centros en los que impartimos una educación formal.

Dos de ellos siguen el programa nacional de educación de Burundi:

  • École Maternelle Emmaüs (escuela infantil), que acoge a 160 alumnos distribuidos en 3 cursos
  • École Fondamentale Emmaüs (escuela primaria), que acoge a 420 alumnos distribuidos en 7 cursos

Los otros dos centros siguen el programa congoleño de educación y están destinados a los refugiados procedentes de la RDC:

  • École Primaire (escuela primaria), con 250 alumnos
  • École Secondaire (escuela secundaria), con 357 alumnos

Los cuatro centros se encuentran en los barrios de la zona norte de Buyumbura, en la provincia de Buyumbura-Mairie, donde trabajamos desde el año 2002.

Háblanos del contexto que os empujó a poner en marcha esta iniciativa.

Durante las guerras que asolaron Burundi una y otra vez entre 1993 y 2005, se destruyeron muchas infraestructuras, colegios y viviendas. Los barrios del norte en los que se encuentra la ALDP estaban aislados del centro de la ciudad, es decir, del lugar en el que se concentraban las actividades económicas, los centros educativos y las infraestructuras importantes. La población de aquellos barrios sufría violencia, pobreza y discriminación étnica.

La ALDP, que nació durante el conflicto de julio de 2002, decidió poner en marcha un taller de carpintería para que los vecinos de la zona pudieran acceder a la madera sin necesidad de recorrer grandes distancias. A través de estos talleres, empezamos a organizar progresivamente formaciones profesionales sobre carpintería, soldadura, costura e informática, con el objetivo de ayudar a la población más desfavorecida a valerse por sí misma una vez concluido este ciclo educativo.

Sin embargo, esta iniciativa no era suficiente para cubrir todas las necesidades de la población local. De hecho, no todos los niños de los barrios del norte de Buyumbura tenían la oportunidad de acudir a una escuela, principalmente por tres motivos:

  • Las guerras habían destruido varias infraestructuras escolares, y los centros educativos que seguían en pie no daban abasto para atender a una población que estaba experimentando una explosión demográfica.
  • En varios colegios de Buyumbura aún había problemas de segregación racial en el acceso a la educación, por lo que los menores procedentes de los barrios del norte de la capital no tenían las mismas oportunidades de escolarización.
  • La mayoría de los niños que conseguían plaza en alguna escuela se veían obligados a recorrer largas distancias para desplazarse hasta ella, y también eran mayoría los que acababan abandonando los estudios, dada la precariedad en la que se encontraban. Además, para ir a la escuela los menores tenían que pasar por barrios en los que corrían el riesgo de que los agredieran o incluso los mataran por su pertenencia étnica, y a veces los centros se encontraban dentro de esos mismos barrios.

Para combatir esta situación, la ALDP empezó por poner en marcha cursos extraescolares destinados a esos menores. A continuación, concretamente en 2011, abrimos el colegio de primaria École Primaire Emmaüs, que, cuando se modificó el plan educativo a nivel nacional, se convirtió en la École Fondamentale Emmaüs, y en 2013 creamos la escuela infantil École Maternelle Emmaüs, pensada para los más pequeños (de entre tres y cinco años).

¿Cómo empezasteis a trabajar con los jóvenes congoleños?

En Burundi, y especialmente en Buyumbura, cada vez eran más los refugiados congoleños que huían de la inestabilidad que sufría el este de la República Democrática del Congo. Los hijos de muchas de estas familias de refugiados tenían dificultades para integrarse en el sistema educativo o, sencillamente, les era imposible hacerlo, porque el programa nacional de enseñanza se suele impartir en lengua kirundi durante los diez primeros cursos o incluso hasta la realización del examen de acceso a la universidad. Por eso estos niños perdían muchos años, ya que antes de entrar en el colegio tenían que aprender el idioma. Muchos de ellos no lo conseguían, así que no les quedaba más remedio que dejar la escuela o regresar a la RDC, de la que precisamente habían huido.

Solo existía un centro —perteneciente a la Embajada de la República Democrática del Congo en Burundi— que seguía el programa educativo congoleño, pero no tenía capacidad para acoger a todos los estudiantes de este país que vivían en la ciudad. En 2014, la ALDP abrió dos centros (uno de primaria y el otro de secundaria) en los que se impartía ese programa y comenzó entonces una campaña de incidencia política dirigida a las autoridades de la Embajada de la RDC en Burundi para promover la creación de varias escuelas con ese mismo programa en Buyumbura, con el fin de garantizar que los menores refugiados accediesen a la educación igual que cualquier otro niño o niña.

Gracias a estos centros con programa congoleño (que constituyen la École Congolaise de Kinama o ECK), la ALDP se ha convertido en uno de los principales promotores de las escuelas de este tipo en Burundi.

También ofrecéis formación a los menores albinos, que son víctimas de la discriminación…

Efectivamente, hemos integrado en nuestros centros educativos a menores albinos, que suelen verse discriminados en los programas de escolarización. Algunos de ellos han terminado los estudios de secundaria, y los tres que aún estaban en nuestras escuelas se mudaron hace dos años junto con sus familias. En estos momentos no contamos con ningún menor albino matriculado, pero nuestro programa sigue vigente y prestamos una atención especial a los menores marginados (sean albinos, personas con discapacidad…), para favorecer su inserción en el sistema educativo.

Hoy en día ofrecemos educación gratuita a 97 niños y niñas procedentes de familias vulnerables que carecen de los recursos necesarios para pagar sus matrículas. Además, a principio de curso les proporcionamos material escolar. Este programa de educación gratuita forma parte de nuestras acciones solidarias en beneficio de la población más desfavorecida.