Libertad de circulación

1 DE FEBRERO DE 2024: SITUACIÓN DE LAS PERSONAS EXILIADAS - HACEMOS UN LLAMAMIENTO A UNA NUEVA INSURRECCIÓN DE LA BONDAD… Y DEL DISCURSO

1 DE FEBRERO DE 2024: SITUACIÓN DE LAS PERSONAS EXILIADAS - HACEMOS UN LLAMAMIENTO A UNA NUEVA INSURRECCIÓN DE LA BONDAD… Y DEL DISCURSO

El 1 de febrero de 1954, el Abbé Pierre hizo un llamamiento histórico a la solidaridad a través de Radio Luxembourg. Setenta años después de la «insurrección de la bondad», que supuso un aluvión de generosidad para ayudar a las personas sintecho, sus herederos siguen sus pasos para informaros sobre la situación de las personas exiliadas, pero también para pedir una «insurrección del discurso» en torno a esta cuestión, especialmente en los medios de comunicación.

«¡Socorro, amigos!» Hace exactamente 70 años, nuestro fundador, el Abbé Pierre, lanzó un llamamiento radiofónico a la población francesa para que se solidarizara y ayudara a los «sintecho». La respuesta, fruto de una toma de conciencia colectiva sin precedentes, fue un magnífico y espectacular aluvión de generosidad, materializado en millones de donaciones de dinero, mantas, ropa, etc. Setenta años después, la precariedad de la vivienda y la falta de alojamientos de emergencia siguen causando sufrimiento a diario a millones de personas. Setenta años después, nosotros, herederos y herederas del Abbé Pierre y miembros del Movimiento Emaús, acogemos y apoyamos cada año a miles de personas que tienen dificultades, y estamos perfilando los contornos de una sociedad más hospitalaria, solidaria y ecológica.

Hoy, 1 de febrero de 2024, de acuerdo con el mandato de «servir primero a quien más sufre», queremos alertar sobre la situación de las personas exiliadas y la necesidad imperiosa de cambiar nuestra forma de verlas.

Desde hace 30 años, las políticas públicas de acogida de personas exiliadas van en la misma dirección: firmeza, represión, restricción de derechos y maltrato. Informe tras informe se da fe de ello; autoridades tan respetadas como el Defensor del Pueblo, el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa o el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados han criticado al gobierno francés por sus prácticas inhumanas e indignas y, a pesar de estas políticas supuestamente disuasorias, se calcula que cerca de 30.000 mujeres, hombres y niños han perdido la vida en la última década intentando cruzar el Mar Mediterráneo o el Canal de la Mancha.

No creemos que una sociedad de acogida sea la solución: ¡sabemos que lo es! Nosotros, herederos y herederas del Abbé Pierre, practicamos la acogida incondicional y apoyamos a las personas sin distinción de género, origen o religión. En Emaús, como en muchas organizaciones solidarias, desempeñamos un modesto papel para demostrar que las personas que abandonan su tierra natal y a sus seres queridos sólo buscan una vida más digna y un futuro mejor. Aquellos y aquellas que dicen de manera impasible que no hay que enviar barcos para rescatar a las personas que naufragan en el Mediterráneo, ¿se han preguntado por un momento qué habrían hecho ellos en su lugar? Probablemente no, porque nacieron en el «lugar adecuado».

Además, en el debate público y en los medios de comunicación circulan una y otra vez fantasías absurdas y falsedades sobre las personas en situación de migración en las que nunca se trata de comprender las razones de su viaje y su deseo real de integrarse, y que tienen terribles consecuencias para las percepciones y las conciencias.

Nosotros, herederos y herederas del Abbé Pierre, estamos consternados por el auge de este pensamiento descaradamente racista, vehiculado por ciertos medios de comunicación desprovistos de toda humanidad, que vomitan una y otra vez conceptos rancios y afirmaciones no contrastadas. Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad en este declive, y les corresponde velar por que las cuestiones relacionadas con la migración se traten de forma más equilibrada. Pero también creemos que todo el mundo tiene un papel que desempeñar en esta batalla cultural, más aún en la era de las redes sociales. Por eso, setenta años después de la «insurrección de la bondad», Emaús hace un llamamiento para que se produzca una «insurrección del discurso» sobre la acogida de las personas exiliadas.

¿Por qué hablamos tan poco de los numerosos estudios que explican que nuestro país necesita a las personas migrantes para su economía, que demuestran que nuestra capacidad de acogida es mucho mayor de lo que pensamos, que prueban los inmensos beneficios de la mezcla cultural y que nos recuerdan que, históricamente, una civilización que se encierra en sí misma suele estar abocada al desastre? ¿Por qué no hacemos más para poner de relieve las innumerables situaciones, en todo el país, en las que la convivencia prevalece sobre el miedo a lo extranjero, la hostilidad y las ideas preconcebidas?

Es mucho lo que está en juego: ¿qué sociedad queremos? ¿una sociedad más acogedora, respetuosa con los derechos fundamentales, que luche cada día por seguir siendo fiel a un ideal humanista? ¿o una sociedad encerrada en sí misma e indiferente a la suerte de las personas más vulnerables?

Ayudemos a las numerosas asociaciones que acuden a socorrer a las personas exiliadas. Salgamos al encuentro de estas personas que esperan que les tendamos la mano, y creemos los vínculos que tan cruelmente faltan y que alimentan la inquietud. Medios de comunicación, personas influyentes y ciudadanos tenemos que desempeñar nuestro papel en esta imprescindible insurrección del discurso, que debe concienciar y despertar nuestro poder de actuar.

No creemos que una sociedad de acogida sea la solución, sabemos que lo es y lo demostramos a diario en nuestro Movimiento.

Únete a aquellas personas que comparten esta visión de esperanza, hospitalidad y humanismo.