Criminalización de la solidaridad

La extrema derecha a las puertas del poder en Francia: no dejemos que gane el odio

La extrema derecha a las puertas del poder en Francia: no dejemos que gane el odio

Durante las elecciones europeas del 9 de junio, las fuerzas conservadoras y la extrema derecha obtuvieron resultados inéditos, confirmando así la subida del populismo de derecha a escala mundial. En Francia, este resultado hizo que Emmanuel Macron decidiera disolver la Asamblea Nacional. De este modo, se celebrarán elecciones legislativas anticipadas los próximos días 30 de junio y 7 de julio. En función de los resultados y arbitrajes presidenciales, el partido de extrema derecha, Rassemblement national, podría entrar en el gobierno o incluso formar el próximo gobierno.

 

Emaús es un Movimiento apartidista y seguirá siéndolo; pero también tenemos un deber: combatir la pobreza, la exclusión, la estigmatización de los/as más vulnerables y sus causantes desde hace 70 años. El gobierno actual está lejos de actuar como nos gustaría, pero la extrema derecha, que nunca ha tenido tanta fuerza, es una amenaza sin precedentes y con un potencial más destructor, sobre todo para los más vulnerables.

 

Votar a la extrema derecha es una manifestación de sufrimiento, de cólera o de un sentimiento de impotencia ante la que nosotros, actores y actoras de la solidaridad en Francia y en el mundo entero, no podemos quedarnos impasibles. También es nuestro deber tanto prestar atención a este mal estar creciente, como denunciar la gran estafa de los y las que hacen creer que conseguirán dar una respuesta, responsabilizando a chivos expiatorios.

 

El Movimiento Emaús defiende valores fuertes, totalmente contrarios a los de la extrema derecha. Estos valores son la solidaridad, el reparto y la acogida de todas las personas que lo necesiten, sea cual sea su historia. En los lugares en los que la extrema derecha accede al poder, estos valores se ven minados y las poblaciones más excluidas, aún más fragilizadas. La extrema derecha propone un proyecto de aislamiento, exclusión y de odio. El Movimiento Emaús, al contrario, defiende un mundo justo, solidario y sostenible, basado en la distribución, el encuentro y la solidaridad entre las personas y los pueblos.

 

¿Porqué afirmamos que la extrema derecha no debe acceder al poder?

 

La extrema derecha no defiende a las personas en situación de pobreza. En muchos países en los que ha accedido al poder, la extrema derecha ha provocado un aumento de las desigualdades. En Francia, se opone a la subida del salario mínimo, al bloqueo de los precios de los productos de primera necesidad, a la gratuidad de las cantinas y las provisiones para los/as más humildes o incluso el aumento de los medios para luchar contra el fraude fiscal.

 

La extrema derecha no defiende la justicia social ni la solidaridad. La justicia social significa igualdad de derechos para todas y todos, es decir, la posibilidad de que todos los seres humanos puedan beneficiarse del progreso económico y social en todo el mundo, sin discriminación. Promoviendo la preferencia nacional, el proyecto de extrema derecha se basa en la división entre seres humanos y la discriminación de las personas extranjeras. La extrema derecha se opone a la acogida digna de las personas exiliadas en su territorio, lo que desvela, una vez más, su falta de humanidad.

 

La extrema derecha no defiende a las mujeres. En Europa, la extrema derecha se ha opuesto a la reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres. En Francia, el Rassemblement National se ha posicionado en contra de un plan de acción para la igualdad entre hombres y mujeres, el reembolso del tratamiento médico para el cáncer de mama o incluso la inclusión del derecho al aborto en la Constitución.

 

La extrema derecha no defiende el medio ambiente. En el Parlamento Europeo, los eurodiputados de extrema derecha han votado en contra de todos los textos sobre la transición ecológica. Se opone a un fondo social europeo de 86.000 millones de euros para el clima, la imposición de los yates y de los jets privados, a la ley europea sobre la obligación de renovar los coladores energéticos o incluso la imposición de los superbeneficios de los gigantes del petróleo, gas y carbón.

 

La extrema derecha es un peligro, en todas sus formas, para la justicia social y climática, los derechos humanos, los avances sociales y la democracia. Por ello, frente a un riesgo político sin precedentes, Emaús no puede quedarse impasible ni sufrir sin decir nada. Hacemos un llamamiento a la movilización de todas y todos: los días 30 de junio y 7 de julio, ¡votemos!

 

No dejemos que nos dividan, elijamos la solidaridad.