Desde hace más de diez años, Emaús Internacional dirige el proyecto Ciudadanos Solidarios por el Agua, en Nokoué, Benín, junto con la población local, permitiéndole así apropiarse del acceso al agua y al saneamiento y gestionar colectivamente este bien común. Hoy día, más de 100 000 personas tienen acceso al agua potable y a infraestructuras de saneamiento y tratamiento de las aguas residuales, mientras que una asociación de usuarios gestiona la explotación de todas las infraestructuras y del servicio.

En Nokoué, la población que habita en torno al lago aceptó durante mucho tiempo la función ambivalente del mayor lago del país: los recursos para la pesca, los distintos usos del agua y, al mismo tiempo, vertedero de excrementos humanos y de residuos de todo tipo. Dada la obsolescencia de las instalaciones públicas, la gente se había acostumbrado a beber el agua del lago, a pesar de que fuera insalubre.

En 2007, con el apoyo del grupo local Emaús Pahou, de la asociación de pescadores del lago, de un colectivo de habitantes y de las autoridades locales, Emaús Internacional decidió llevar a cabo un proyecto de gran envergadura: la construcción de una infraestructura completa de producción y distribución de agua potable y de saneamiento, para las casi cien mil personas que habitan las orillas del lago Nokoué. Después de meses de consulta e implicación de la población local, las infraestructuras se fueron construyendo progresivamente, mientras en paralelo se iban desarrollando acciones de sensibilización en materia de higiene y formación sobre el funcionamiento asociativo. Asimismo, Emaús Internacional y la asociación de usuarios creada para garantizar una gestión pública y popular de las infraestructuras se reunieron con los responsables del municipio, de la prefectura y del Estado, para que se reconozca la gestión popular del agua en la política pública de Benín.

Diez años más tarde, el lago Nokoué cuenta con doce pozos nuevos, nueve torres de agua y plantas purificadoras, una red de aseos públicos y un centenar de fuentes que abastecen a más del 80 % de la población.  Casi cien personas trabajan en las instalaciones, con una remuneración de media jornada.

La primera clave del éxito del proyecto es la participación de la población, que se implicó en todas las etapas. La segunda, el papel central de las mujeres en la economía y la gestión domésticas. La paridad ha estado presente desde el principio en los órganos de decisión, donde las mujeres han ido adquiriendo cada vez mayor influencia y convirtiéndose en un vector indispensable en la difusión de los mensajes sobre la higiene en los hogares.

Hoy día, la población afronta el reto del mantenimiento de la red, ya que algunos componentes se han quedado obsoletos, como por ejemplo los generadores que abastecen las pompas de los pozos. Emaús Internacional, que ha seguido acompañando el proyecto, ha tenido la iniciativa de instalar paneles solares en los generadores para reforzar la seguridad del suministro de agua y reducir la huella ecológica de las instalaciones. Además, esto permite reducir el coste de la factura de gasoil, que representa la mitad del presupuesto de funcionamiento del sistema.